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Reflujo vesicoureteral

¿Qué es el reflujo vesicoureteral?

Es el flujo anormal de orina desde la vejiga urinaria hacia el uréter , pudiendo llegar hasta el riñón. Es el problema más común (20%-50%) en los niños estudiados por infección urinaria. Puede ser peligroso ya que permitiría a las bacterias, que estuvieran dentro de la vejiga, llegar hasta el riñón, pudiendo infectarlo (pielonefritis), y producirle cicatrices y/o deterioro. Con el crecimiento lineal ocurre la resolución espontánea del reflujo en muchos pacientes.

¿Por qué se produce el reflujo vesicoureteral?

El reflujo vesicoureteral ocurre cuando el uréter entra en la vejiga urinaria anormalmente; en consecuencia el músculo de la vejiga no lo cubre completamente, permitiéndole a la orina regresarse hasta el riñón . Aunque puede presentarse como una entidad aislada, también puede estar asociado a otras causas como la vejiga neurogénica, o con anomalías genitourinarias como las valvas uretrales posteriores, duplicación del sistema colector del riñón, síndrome del abdomen en ciruela pasa, extrofia vesical y disfunción severa del vaciado vesical. Estos hallazgos deben motivar la investigación de reflujo. La evaluación y tratamiento serán discutidos con los padres, puesto que pueden ser diferentes para cada caso.

¿Cómo puede manifestarse?

- Infecciones urinarias: la pielonefritis es la presentación más frecuente de infección del tracto urinario.

- Fiebre no explicada: es de suma importancia investigar al niño con fiebre inexplicada con un examen de orina y un urocultivo. Algunos niños con reflujo y pielonefritis son tratados erróneamente por infección del oído.

¿Existe algún factor de riesgo para el reflujo vesicoureteral?

Pudiera estar asociada con alguno de los factores que se describen a continuación:

- Sexo y edad: En los recién nacidos se diagnostica con mayor frecuencia en los varones no circuncidados. Sin embargo la frecuencia es mucho mayor en niñas después del primer año.

- Factor familiar: Existe una alta incidencia de reflujo entre hermanos. Se recomienda que los hermanos de los niños refluyentes sean investigados de rutina.

- Infecciones del tracto urinario: Se estima que los niños con infección urinaria sintomática tienen una incidencia de reflujo vesicoureteral de 20% a 50%.

- Raza: Es más frecuente en niños de raza blanca.

¿Cómo se diagnostica el reflujo vesicoureteral?

Generalmente se diagnostica de dos maneras:

1) A los niños que tienen una infección del tracto urinario, demostrada mediante un urocultivo, se les debe realizar una evaluación de rayos x llamada uretrocistografía miccional, en la que se utiliza un medio de contraste líquido instilado dentro de la vejiga. Si está presente el reflujo, el contraste administrado se devolverá anormalmente hacia el uréter y el riñón.

Según la imagen que nos suministra la uretrocistografía miccional, el reflujo se clasifica por grados en una escala de I (uno) a V (cinco), siendo I el grado más leve, y V el más severo. Esta clasificación es útil para tomar de decisiones sobre el tratamiento y para determinar el pronóstico del paciente. Los grados más severos se asocian con tasas de resolución espontánea más bajas, e incidencias más altas de daño renal si no recibe tratamiento.2) Un ultrasonido durante el embarazo puede revelar un feto con los riñones dilatados. Si esto ocurre, después del nacimiento se debe tratar al bebé con antibióticos, hasta que se le realice una uretrocistografía miccional que confirme o descarte el reflujo.

¿Cuál otro estudio se realiza?

- Ultrasonido renal y vesical: Se recomienda este test previo a la uretrocistografía miccional, con el cual se busca información adicional sobre defectos que pudieran ser la causa de la infección del tracto urinario o dilatación del riñón.

- Gammagrama renal: Este estudio muestra si existen cicatrices o daño del riñón resultantes de infecciones urinarias previas. Así mismo se utiliza para demostrar la función real de los riñones.

- Cistografía nuclear: Este estudio es muy parecido a la uretrocistografia miccional, pero utiliza menos radiaciones. Se recomienda como estudio de seguimiento en el manejo médico del reflujo y para el despistaje de los hermanos de los niños con reflujo vesicoureteral.

¿Cuáles son las alternativas de tratamiento del reflujo vesicoureteral?

Existen dos modos diferentes, el tratamiento médico y el quirúrgico, basados en el grado del reflujo, la edad, número y severidad de las infecciones urinarias, y la severidad del daño del riñón. El objetivo es prevenir las cicatrices y/o el daño potencial del riñon como consecuencia de los episodios de pielonefritis.

- Traramiento médico:

Se basa en el conocimiento de que la mayoría de los reflujos se resolverán espontáneamente a medida que el niño crece. Se requieren dosis bajas de antibióticos por vía oral diariamente para prevenir infecciones del riñón. Se realizará anualmente un ultrasonido y una uretrocistografía hasta confirmar que el reflujo esté resuelto. Si el reflujo vesicoureteral persiste sin cambios por varios años, o si ocurren complicaciones como las infecciones del tracto urinario, entonces será considerarda la opción quirúrgica.

- Tratamiento quirúrgico: Está reservado para los niños con grados más elevados de reflujo, infecciones del tracto urinario febriles a pesar de recibir antibióticos, o signos de daño renal causado por las infecciones urinarias a repetición, asimismo cuando el reflujo no parece mejorar después de repetidas uretrocistografías durante el crecimiento del niño. Existen dos técnicas para esta modalidad de tratamiento:

- Cirugía abierta: consiste en reposicionar (reimplantar) el extremo del uréter refluyente en la pared de la vejiga, el cual queda rodeado por el músculo vesical, con lo que se previene un nuevo reflujo.

- Tratamiento endoscópico: En éste se utiliza un instrumento especial de visión llamado cistoscopio, insertado en la vejiga urinaria a través de la uretra. Posteriormente se inyecta una pequeña cantidad de una sustancia especial gelatinosa dentro de la pared de la vejiga, cerca de la abertutra del uréter, la cual se descompone dejando un abultamiento permanente de tejido en su lugar que dificulta el flujo retrógrado de orina hacia el uréter y el riñon.

Es especialmente importante diagnosticar y tratar el reflujo en los niños, puesto que muchos de ellos desarrollarán infección del tracto urinario. Esperar hasta que el niño tenga dos o más infecciones urinarias antes de chequearse, elevará el riesgo de cicatrices o deterioro permanente del riñón. Se realizará un ultrasonido aproximadamente un mes después de la cirugía, y una uretrocistografía a los 6 meses siguientes, dependiendo de cada caso.

Ver también

CATETERISMO VESICAL INTERMITENTE EN NINOS
INFECCIONES DEL TRACTO URINARIO